La vida literaturizada: Manuel Vilas

Sábado 15 de febrero de 2014

"Si no eres Shakespeare, la solemnidad te lleva directamente a la cursilería, que es el gran mal de este país"

La frase, contundente, ácida y certera, nos sirve a la perfección para empezar el relato de nuestro último encuentro, y también para presentar a su autor, es decir, a la persona que la firma, que no es otro que el invitado con quien charlamos el pasado sábado en nuestro tiempo de radio curva...

Manuel Vilas es un escritor atípico, inclasificable, que no se cree la solemnidad de la literatura "como nos la quieren vender". Probablemente, dice, porque viene de la cultura pop. Y ese es, según reconoce, su gran estigma. Empeñado en vigorizar el actual mundo de las letras, en Facebook ha encontrado el lugar ideal para decir lo que le da la gana... cuando le da la gana. Y prueba de ello es su último libro, "Listen to me", donde ha recopilado sus escritos en esta red social.

"La inmediatez y la total libertad de Facebook son un grado más de la literatura. Me fascina escribir mis estados y entrar en contacto con la gente"

Hablar del "manuelvilismo" es mucho más que hablar sólo de su autor. Es hablar de la inteligencia en la literatura, del humor, de lo festivo... Y es también hablar de unos personajes que han encontrado un narrador que los escucha y les da conversación. Entre ellos, Juan Carlos I o el jefe de todo esto, un dios "estrafalario, tarantiniano y macarra".

"Este país es aburridísimo. Un coñazo. Parece mentira que, habiendo visto nacer a Cervantes, tengamos problemas con el humor..."

Pero "Listen to me" es también un libro en el que hay mucho de poesía, y mucho de amor...

"Donde no hay amor, no hay nada. Y este sentimiento es la base del ser humano, pero parece que estamos olvidándolo..."

Y es que Vilas es, por encima de todo, un hombre atado a la vida, capaz de convertir todo lo que se encuentra en su camino en literatura... Un tipo al que le gusta pasarlo bien, y que nos regaló una divertida tarde de radio curva, en la que nos olvidamos de nuestros miedos, y disfrutamos de una playlist de canciones que bien podrían sonar el día del Juicio Final...