23 de septiembre de 2013

Apasionada Maruja Torres


Sábado 21 de septiembre de 2013

Esta podría ser la historia de lo acontecido entre dos tuits; dos mensajes escritos y enviados el sábado 21 de septiembre, separados por poco más de una hora. Podría ser la historia de nuestro tiempo de radio curva; una historia, la de nuestro último encuentro en las ondas, que nos hizo disfrutar muy especialmente de esto que hacemos.

"Carne trémula y laberintos de pasión siento mientras aguardo la llamada de @radiovallekas". Así comenzaba todo. La tarde presagiaba emociones. Y nosotros, que  ya por entonces estábamos al borde de un ataque de nervios, sólo podríamos haber contestado que queríamos saberlo todo sobre nuestra invitada, hablar con ella.

Pero no iba a ser una tarde de cine... Aunque también se colarían en ella viejos recuerdos de celuloide; recuerdos impetuosos con apariencia de galán.

Maruja Torres no necesita presentación, pero aun así nos esforzamos en hacer una lo más sentida posible, por no decir decente. Recibió nuestro saludo curvo con gratitud, demostrando su grandeza, y a partir de ahí nos dejamos llevar...

"A estas alturas del partido ya no sorprendo a nadie", nos dijo. Pero con esa afirmación se equivocaba. Si a día de hoy es una de las periodistas más reconocidas y admiradas de este país no es sólo por su profesionalidad, sino también por su manera crítica, visceral, irónica, comprometida, singular y adictiva que tiene de enfrentarse a la vida y de querer cambiar el mundo.

"Yo soy una señora de setenta años un poco golfa", nos confesó. Una señora que se "reinventa" cada siete años, que ya no está "para paños calientes", y que después de un cursillo de reciclaje tecnológico cambió el calendario por una pantalla.

"Si te quieres enterar de todo lo que pasa hoy día, te tienes que levantar a las cinco de la mañana para empezar a informarte".

Con ella hablamos de política, de feminismo, de derechos sociales, de igualdad, de nuevas tecnologías, de justicia, de música, de literatura... y, cómo no, de periodismo. De tradiciones y vergüenzas toreras... Y hasta de cosas que un día tuvo que callar para no ser "infinitamente peor".

Con enorme honestidad y mucho sentido del humor, y sin mostrar ningún arrepentimiento, fuimos de balcón en balcón: América Latina, Beirut... Atravesamos pantanos, saltamos barrizales... y acabamos en nuestro particular triángulo de las Bermudas (Barcelona-Málaga-Vallecas).

Maruja nos dejó frases como puños, titulares, primicias... Pero, por encima de todo, nos regaló una apasionada y apasionante tarde de radio.

"Hay que recuperar las viejas palabras para las nuevas canciones. Este país me hace llorar, pero puede plantar cara, porque estamos acostumbrados a aguantar".

Nuestra historia acababa con un último tuit: "Gracias a tod@s, lo he pasado muy bien". Minutos antes habíamos puesto un punto y seguido, y nos habíamos despedido de Maruja Torres, pero sólo hasta la próxima, siendo conscientes de lo irrepetible de este momento curvo.

Porque... ¡Ay, si no fuera por estos ratitos!

No hay comentarios: