ESTACIÓN EN CURVA: Una estación de primera

4 de marzo de 2012

Una estación de primera

El programa del sábado 25 de febrero fue frenético. La mayoría de las veces, cuando terminamos Estación en Curva, el Maquinista y yo intercambiamos impresiones sobre cómo ha ido el programa, cómo se ha ido poblando la estación con las diversas propuestas de los colaboradores y por las de los propios entrevistados. Hasta la fecha, hemos tenido todo tipo de anécdotas, curiosidades o estados de ánimo, pero la celeridad, el frenesí, de ese sábado pasado fue de primera, distinto y especial, un frenesí a la altura de los dos grandes grupos que nos acompañaron, Tilde y La Cena. Bandas que quisieron compartir parte de su tiempo de sábado con nosotros para hablarnos de sus respectivos primeros trabajos.

Tilde publica "La compra del mes"

Tilde y su compra del mes

En 2009, aparece en el panorama nacional Planeta Tilde, un cuarteto con base de operaciones en la ciudad de Barcelona. El origen o causa primera de este grupo hay que buscarlo en el lado más puro y crudo de la música, y en una tendencia a la fusión de estilos, a un eclecticismo sorpotado por una firme base pop. Fruto de esa amalgama resistente de estilos, de cierto avance seguro que la banda encamina hacia lo eléctrico, hacia otros territorios igualmente transitables, es el primer EP, Poleas. En 2011, el grupo decide hacer frente a un lavado de cara, cambiando el nombre de Planeta Tilde a Tilde, a secas. Con este cambio de identidad, con las ideas bien definidas y un horizonte inmenso por conquistar, Tilde publica La compra del mes (Siete Señoritas Gritando, 2011), su primer larga duración, trabajo grabado en los estudios Micromaltese con Marco Morgione y Sergio Piedras en la producción.

Portada de "La compra del mes"

Un primer larga duración con sabor añejo

Cualquier beatlemaniaco se quitaría el sombrero ante Historias al revés (2011), el primer álbum del cuarteto malacitano, La Cena. Bueno, cualquier beatlemaniaco y cualquier amante de la buena música. Y es que lo de estos chicos es asombroso, La Cena irrumpe en la escena nacional con un primer trabajo compuesto por once canciones de corte pop, esencialmente pop, un álbum homenaje a la mejor tradición del género, a todos aquellos grupos que cambiaron la forma de entender el mundo.

Portada de "Historias al revés", de La Cena

Ahora bien, el talento de La Cena no reside exclusivamente en haber facturado un álbum compuesto por once canciones donde el pop británico por excelencia coquetea con otros géneros, sino que lo esencialmente importante es haber actualizado un estilo, una forma de vida. Historias al revés es pura celebración musical, celebración que pasa por unos juegos vocales milimetrados, unas guitarras cuya luminosidad se toca y por unas armonías que pueden hacer pensar que estamos ante el tercer álbum de la banda, es decir, esos trabajos donde los grupos se juegan su prestigio y progreso. Como dijo alguien, permanezcan atentos a este grupo...